sábado, 28 de febrero de 2015

I RAQUETADA “CUMBRES DE LEÓN” “BOSQUE DE ACEBOS DE VILLANUEVA DE OMAÑA” 15-02-15





I RAQUETADA “CUMBRES DE LEÓN”

2ª TRAVESÍA “BOSQUE DE ACEBOS DE VILLANUEVA DE OMAÑA”

15-02-15
          (Domingo)

(Javier Gallego García)


Este día hemos realizado la primera raquetada del club, teniendo en cuenta que todos los participantes las llevábamos. El día antes las había alquilado yo en una tienda de deportes para Antonio, José Luis y para mí mientras que Mª Jesús llevaba unas prestadas. Nuestro objetivo era la ruta realizada, y si se podía, el pico la Campona, aunque éste ya fue imposible.
Salimos de León a las 9:00 de la mañana por la carretera de Caboalles hacia La Magdalena para continuar hacia el valle de Omaña entre el paisaje nevado. Poco más de una hora nos llevó dicho trayecto hasta Villanueva de Omaña, 1160 m, donde aparcamos a la entrada de pueblo. Allí nos preparamos para la ruta y ajustamos las raquetas, que aún no hacían falta.
Siguiendo la ruta marcada de GPS comenzamos la marcha a las 10:35 horas abandonando la carretera principal hacia las calles del pueblo. Descendimos unos metros hacia éste entre taludes de nieve que habían apartado para dejar paso libre. Dejamos atrás la iglesia y cruzamos el puente sobre el río Omañas. Nos sacamos una foto de grupo antes de salir del pueblo por un camino hacia el Sur paralelo al arroyo Pequeño. Las rodadas de tractores nos subieron hacia una explotación ganadera a la que llegamos tras cruzar una cerca. En ella vimos numerosas reses de vacuno, tanto dentro como fuera de la nave que tenía.
El camino seguía por su orilla y nos bajó unos metros hacia el puente sobre el arroyo por el que cruzamos hacia la parte izquierda del cauce, dejando éste a la derecha. Allí ya abundaba la nieve, pero un rastro pisado reciente nos permitió seguir unos metros más antes de tener que poner las raquetas. Era la primera vez que ponía unas y lo cierto es que nos fueron de gran utilidad. La nieve ya cubría y estaba muy blanda, el día antes había llovido por allí.
Hay que acostumbrarse a caminar con los pies un poco separados para no rozar una con la otra y sobre todo mucho cuidado al girarse, ya que pisas una con la otra y caes de bruces. Eso le pasó a José Luis en más de una ocasión, iba por delante y le vimos en el suelo varias veces. El resto tampoco se libró de ello. Hay que ajustar atrás unas piezas que permiten subir o bajar más cómodamente dependiendo de la posición.
Fuimos ascendiendo por el valle aquel mientras en el cielo se alternaban nubes y claros, aunque más abundantes las primeras. Por la izquierda teníamos tramos con taludes de piedra y tierra alternados con laderas de bosque. Poco antes de las 12 del mediodía encontramos los primeros acebos de la ruta, algunos con los frutos rojos. En el camino había varios corros limpios de nieve por los que se veía correr el agua.
Habíamos subido poco más de 200 metros cuando el camino viró hacia el Oeste e hicimos una breve parada. Yo iba un poco tocado de fuerzas, tanto físicas como anímicas. El día antes había quedado hospitalizada mi madre y eso me había dejado tocado. Hasta que no conseguí llamar y confirmar que seguía más o menos estable, no me relajé un poco. Sí que anoto que tres días después ha fallecido.
Continuamos subiendo mientras el camino volvía a girar otro par de veces para volver por la otra parte del valle hacia atrás. Entre la arboleda pelada vimos el pueblo en la confluencia con el valle principal. Llegó un momento que el camino comenzaba a descender y no nos gustó ese cambió de rasante. Optamos por atajar entre la arboleda no muy espesa aprovechando la ventaja de las raquetas. De otra forma hubiese sido imposible. La ruta que yo llevaba grabada daba un giro más adelante, pero había que bajar. Además vimos que el camino terminaba también por esa zona, y los senderos con la nieve eran invisibles del todo.
Entre los árboles desprovistos de hojas ascendimos unos pocos metros antes de llegar a la cresta tras la cual seguía la ruta poco por debajo. Estudiando el mapa vimos que era posible continuar por la parte alta entre el bosque y así lo hicimos hasta alcanzar una zona despejada donde decidimos para a comer un poco.
A las 14:15 horas nos detuvimos en ese punto para comer un poco acomodados en algunas ramas más fuertes de los arbustos. Estábamos a 1510 metros de altitud y habiendo recorrido 5,00 kilómetros.
Aquí José Luis se estuvo riendo un rato a mi costa. Se me cayó el trozo de chorizo que llevaba y me lo escondió. Mientras lo buscaba por todas partes se tronchaba de risa disimuladamente. Hasta me levanté a ver si se me había enterrado en la nieve mientras Mª Jesús, que tampoco sabía nada, me decía: mira aquí, mira allí.
El cielo se cubría cada vez más desde el Norte y la cumbre de La Campona estaba cerrada por las nieblas. Algunos estábamos animados a continuar hasta otra cima más alta, que en los mapas viene como Corón, aunque más bien referida a la zona, pero para no seguir todos optamos por bajar desde allí. Al Noroeste de ésta se emplazaba la collada de Los Acebos por el que seguía el cordal hacia La Campona.
Una hora después, tras una foto de grupo, emprendimos el descenso por el mismo rastro de subida. Fue en este primer tramo donde casi tengo un grave percance. Una rama seca de un árbol casi se me mete en el ojo izquierdo. Me ha raspado el hueso del “rabillo” y resbaló hacia fuera en vez de hacia dentro afortunadamente.
Perdimos altura por la loma hasta llegar a un punto en el que nos echamos hacia el camino antes de llegar al punto de subida. Mª Jesús sí continuó por allí arriba un tramo más. Al llegar al camino teníamos un pequeño terraplén de un metro más o menos que había que salvar, sin dificultad alguna por otra parte. Pues bien, yo decidí dar un salto y al caer, aunque con raquetas, me hundí y caí de bruces a los pies de Antonio. Me entró entonces un ataque de risa tonta y no podía levantarme solo.
Al poco apareció Mª Jesús por la parte alta del camino y ya todos juntos continuamos el descenso por éste mientras se abría ahora un gran claro. Algunos tramos tenían fuerte pendiente, ahora de bajada y describimos de nuevo las curvas del camino. Cruzamos sobre un pequeño arroyo y poco después entramos en el reducto de acebos.
Las piernas ya notaban el cansancio de la marcha, las raquetas la hacían más cómoda, pero el tener que llevarlas separadas agotaba. Al otro lado del río vimos ganado antes de llegar al puente. Poco después dejamos atrás la nave ganadera y la nieve en el camino casi desapareció. Salvo Mª Jesús, el resto nos quitamos las raquetas ya camino del pueblo. De frente vimos una vaca solitaria que no se atrevía a cruzarse con nosotros y al final lo hizo mirando de reojo. En algunos lugares veíamos fuentes naturales a la orilla de la pista o torrenteras entre roca que lo cruzaban hacia el principal. Atravesamos la cancilla y nos metimos a la vera de una tapia de piedra ya con Villanueva a la vista.
A las 17:50 horas entrábamos en el pueblo donde paramos un momento a charlar con una señora mayor que estuvo varios días sola sin poder salir de casa por las nevadas. En los tejados se veía ya parcialmente el grosor que había alcanzado dichas nevadas. Algunos de los más viejos habían cedido al peso de la misma. Cerca del río Omañas se encuentra un antiguo molino rehabilitado.
Tras cruzar por el puente sobre dicho río nos detuvimos unos minutos a conversar con otro matrimonio más joven. Pasamos al lado de la iglesia y a las 18:10 salimos a la carretera general donde teníamos la furgoneta aparcada. Allí terminamos esta segunda ruta del año. El GPS daba estos datos: 430 metros de desnivel y 10,300 Km recorridos.
Nos cambiamos y emprendimos el regreso sobre las 18:30 horas. Al llegar a Pandorado hemos parado en el bar. Por casualidad estaba allí un antiguo compañero mío y la familia que yo sabía que iban algún fin de semana. Con ellos estuve un rato de charla y tomamos un refrigero nosotros antes de retomar el viaje de regreso. Llegamos a León sobre las 20:00 horas y desde allí he subido al hospital directamente.
Este invierno nos lo está poniendo difícil para rutas. Aparte de la nieve de la ruta en sí, hasta hace pocos días había pueblos incomunicados por ella en varios puntos de la montaña leonesa. Ahora además está el fuerte riesgo de aludes en las cumbres y sobre todo en Picos de Europa, en alerta máxima.
 


MAPA ESQUEMA

ENLACE RUTA WIKILOC


VILLANUEVA DE OMAÑA




VALLE DEL ARROYO PEQUEÑO



ACEBAL




ZONA DE "EL CORÓN"


Y ENTRABA AÚN MÁS


FUERTE PENDIENTE EN LA RUTA






LOS CORRALES




ENTRANDO EN VILLANUEVA






PANDORADO

domingo, 1 de febrero de 2015

RUTA POR ROBLEDO DE BABIA - 25-01-15




RUTA POR “ROBLEDO DE BABIA” (Intento de ascensión al Pozo Lao)

25-01-15      (Domingo)


(Javier Gallego García)

Comenzamos el año montañero del club con una salida de objetivo fallido por la gran cantidad de nieve caída los días anteriores. Nuestro objetivo era el pico Pozo Lao, con poco más de 2000 metros de altitud, quedándonos en una pequeña cumbre cercana al pueblo de algo más de 1500 metros.

A las 8:30 horas salimos de Guzmán, Álvaro, Mª Jesús y yo en mi furgoneta por la carretera de Caboalles hacia La Magdalena. Aquí nos incorporamos a la autopista para atravesar el tramo del pantano y salir después hacia Luna y Babia donde he parado un momento a sacar unas fotos del pantano con los alrededores nevados. Llegamos así a Robledo de Babia, 1280 m, cuando eran las 9:35 horas. Entramos hacia el pueblo para aparcar en él y tuvimos que desistir. El hielo acumulado en las calles pendientes hacía imposible su acceso. Tuvimos que retroceder y dejarla a la entrada de una nave no sin antes pelear un poco con la nieve acumulada en el sitio.

El día soleado animaba a hacer ruta, aunque ya intuíamos que no iba a ser fácil. Nos preparamos para ello, yo con botas y cazadora de estreno, y sacamos una foto de grupo a la salida. A las 10:15 horas comenzábamos la marcha por la carretera hasta entrar en Robledo unos metros más adelante. Pues bien, el hielo tampoco nos lo puso fácil caminando. Hemos tardado media hora en cruzar las cuatro calles del pueblo. Con la ayuda de los bastones, apoyados a las paredes o aprovechando la nieve acumulada en las orillas de las calles salimos como pudimos de aquella pista de patinaje natural hacia el camino del valle del arroyo Robledo tras pasar un regato saltándolo.

El camino que se internaba en dicho valle tenía un metro de nieve acumulada ya desde el comienzo. En él vimos una estaca medio enterrada con la descripción “PRC-LE 67 Valle de Congosto – El Rozo”. Para evitar esa cantidad de nieve intentamos caminar por la orilla elevada del camino, aunque apenas había diferencia. Nos alternamos para ir abriendo huella ya que era agotador. Desde el pueblo nos acompañó un perro un buen rato antes de dar la vuelta.

No llevábamos mapa de la zona, solo el GPS con la ruta, por lo que algunas cimas que veíamos no identificamos. De frente sí teníamos la Peña Cabras por debajo de la cual teníamos que pasar y un collado más al sur por el que veíamos el camino. De vez en cuando cruzábamos rastros de animales que habían bajado por la ladera hacia el arroyo. Optamos por seguir uno de ellos desviándonos del camino a ver si era más fácil, pero tuvimos que desistir. El camino describió unas curvas hacia el Este metiéndonos bajo un robledal. El día despejado nos había hecho proteger la piel con crema solar desde la salida.

Poco a poco me fueron mermando las fuerzas por la lucha con la nieve blanda del terreno y a punto estuve de desistir. Tras mes y pico sin salir y con gripe y catarro casi continuo, estaba bajo mínimos de energía. Álvaro y yo intentamos de nuevo salirnos del camino hacia otra ladera, pero era peor. Mª Jesús tenía la ventaja del peso y apenas se hundía. Con mi peso y la mochila, donde ella no hacía casi ni huella, yo me hundía hasta la rodilla y más. Los bastones entraban en muchos sitios hasta el mango mismo.

A las 12:35 horas llegábamos a un collado de 1455 metros con amplias vistas hacia el valle principal de Babia con las numerosas cumbres al Sur entre Babia y Omaña como La Cañada, Penouta, Peña Correa, etc, etc. Veíamos también Riolago, Robledo y Huergas de Babia, todo ello cubierto por el manto blanco de la nieve. Al Nordeste ascendía la loma de una pequeña cima sin nombre en el GPS y que luego en el pueblo nos identificaron como Los Barreos.

Hacia ella nos encaminamos peleando de nuevo con la nieve blanda que nos relentizaba el paso. Procurábamos pisar en los tojos que salían entre ella y las zonas despejadas, que allí al ser cara sur sí abundaban, sobre todo en la parte alta, más barrida por el viento.

A las 13:20 horas llegábamos a la cima de esta pequeña cumbre de 1512 metros de altitud que como digo, nos dijeron que se llamaba Los Barreos. No la voy a identificar como cumbre ascendida ya que su altitud e importancia no son destacables. Desde ella teníamos aún más amplia la vista del paisaje. Al Oeste emergían las cimas del Montiguero y La Crespa. Al Este, en el valle, Cospedal en parte oculto tras una loma intermedia. En la lejanía podíamos distinguir, si no falla la orientación, El Cirbanal, La Silla y Peña Portilla, entre otros. No veíamos sin embargo el Pozo Lao, oculto tras la Peña Cabras, al Norte. La temperatura también era agradable e incluso sobraba la cazadora.

Mª Jesús se quedaba con las ganas de llegar al otro collado, entre la siguiente cima y Peña Cabras, así que la animamos a seguir. Álvaro y yo optamos por esperarla allí mismo ya que por delante se veía mucha más nieve en el camino, que pasaba unos metros por debajo de esta cumbre y al que tenía que bajar para remontar luego otra subida mayor. A las dos de la tarde emprendió ella sola este tramo y la seguimos con la vista hasta ocultarse detrás de la loma de la siguiente cumbre. Luego la vimos otra vez un momento en el collado posterior tras bajar nosotros unos metros hacia el Oeste y tener la perspectiva correcta del mismo. Más tarde la vimos ascender a la siguiente cima, también sin nombre en los mapas, antes de emprender el regreso. Nos comentó al llegar que antes del collado había una fuerte pendiente que le costó subir por la nieve depositada.

De nuevo juntos nos pusimos a comer sentados en las pocas rocas de esta cumbre. Se veía la nave al lado de la cual tenía la furgoneta, pero no ésta al estar oculta tras una pequeña loma situada justo delante. Tras un rato allí acomodados, y ya con la temperatura descendiendo visiblemente, emprendimos el descenso a las 16:25 horas. Decidimos hacerlo por otra loma del sur más empinada y hacia un camino que se veía en la parte baja y que también llegaba al pueblo.

Acertamos al hacerlo así, ya que disfrutamos un cuanto haciendo “culoskí” en estas laderas, que aun con la nieve un tanto blanda, la fuerte pendiente ayudaba a coger velocidad. En medio de ella hemos hecho una secuencia de fotos de esas que luego en el videomontaje quedan tan divertidas con la música.

Dejamos atrás una manada de caballos y cruzamos una alambrada antes de llegar al camino paralelo a la carretera general. Estaba embarrado, pero apenas tenía nieve por las rodadas de tractores como el se cruzó con nosotros poco después. Poco antes de entrar en el pueblo vimos una cabaña de piedra metida al lado del arroyo formando un bonito rincón con las cumbres de fondo. Nos pareció un antiguo molino. Atravesamos luego entre un grupo de altos árboles y a las 17:30 horas entrábamos en Robledo de Babia. Un indicador nos informaba que el camino que traíamos iba a Cospedal, distante 2 kilómetros, y se denominaba “Camino del Riego”.

A la entrada pasamos delante de una casa donde nos detuvimos a hablar un buen rato con la familia que vivía en ella. Fueron ellos los que nos dijeron el nombre de la cima subida y quienes nos indicaron cual era el Pozo Lao, que sí se veía desde aquel punto. Estuvimos viendo un par de cabritines que tenían muy guapos. Estando allí he llamado a una compañera mía que suele ir los fines de semana a Cospedal, pero no conseguí hablar con ella. De todas formas me dijo más tarde que no estaban. Si no nos hubiésemos acercado hasta allí.

Retomamos la marcha para cruzar el pueblo, ahora ya mas cómodamente sin tanto hielo deshecho por el sol de la jornada. Pasamos al lado de la iglesia y salimos a la carretera desde la que vimos una bonita puesta de sol anaranjada al Oeste.

A las 18:20 horas terminábamos la ruta en la furgoneta. El GPS me marcaba 5,800 Km. recorridos y 270 metros de desnivel. Allí nos cambiamos y al salir me comenzó a patinar la furgoneta por la nieve endurecida delante de una rueda delantera. Con un empujón logramos sacarla sin más problemas y a las 18:45 horas emprendimos el regreso a casa. En el trayecto paré a sacar unas fotos de las Ubiñas ya al anochecer. En Villafeliz hemos parado a tomar un refrigerio en el bar. También allí tuvimos que tener cuidado con el hielo en el asfalto.

Retomamos el regreso a León de nuevo cruzando el tramo de autopista hasta La Magdalena y ya por la carretera entramos en la capital anochecido del todo. A las 20:35 horas llegábamos a Guzmán tras 75 kilómetros desde Robledo.

Estrenamos de esta forma el año, sin poder cumplir el objetivo, pero disfrutando eso sí de unos paisajes invernales espectaculares. Apunto aquí que la teníamos programada para hace dos semanas cuando una gripe mía y de otro compañero además de un mal entendido de otros dos participantes terminó por anular la misma. A ver si cogemos carrerilla para las siguientes.     

MAPA ESQUEMA
                 


ENLACE TRACK RUTA:



LEÓN
CAMPOSAGRADO
PANTANO DE LUNA
BABIA Y LAS UBIÑAS DE FONDO
ROBLEDO DE BABIA

CALLES HELADAS



CAMINO CARGADO DE NIEVE






VALLE PRINCIPAL DE BABIA DESDE LA COLLADA
ROBLEDO DE BABIA EN EL VALLE
LOS BARREOS

A LA DERECHA LA CRESPA Y MONTIGÜERO
DETRÁS PEÑA CABRAS

BAJANDO LA LADERA SUR


MANADA DE CABALLOS

¿QUE BUSCARÍA POR LOS SUELOS?....
EN EL CAMINO HACIA EL PUEBLO

ENTRANDO EN ROBLEDO


BELLA PUESTA DE SOL
VILLAFELIZ